El equipo tiró a la basura el punto obtenido en Rosario y parece haber propiciado la gota que rebalsó el vaso. Banfield volvió a caer en el Florencio Sola, esta vez 1-2 ante Atlético Tucumán, demostrando un juego paupérrimo.
Poca actitud, poca definición y poco juego; son los condimentos que dejan a este Banfield al borde del descenso. Un plantel pésimamente armado, con refuerzos que terminaron jugando en reserva o en ocasiones ni siquiera a eso.
El encuentro lo arrancó perdiendo casi de arranque. Lateral mal sacado por Gómez que terminó en los pies del atacante visitante, Leandro Díaz, que hizo lo que quiso en el área de Conde (quien respondió de manera pésima en ambos goles) para poner el 0-1. Banfield parecía querer reaccionar; y en una carambola consiguió la igualdad, gol en contra de Marcelo Ortíz.
Ciertamente el "Taladro" terminó el primer tiempo mucho mejor que su rival. Pero todo se fue por la borda en el segundo tiempo. El equipo salió a jugarlo igual que como lo hizo en el primero. Dormido, impreciso y falto de actitud. Sin embargo estuvo a tiro de ganarlo ¿La mas clara? Mano a mano de Julián Carranza (quien llegó con tiempo y el arquero vencido) que terminó en las nubes. Cuando parecía que al menos se llevaría un punto, nuevamente Luciano Lollo hizo de las suyas haciéndose expulsar y dejando un tiro libre a las puertas del área. Barrera mal armada, arquero tibio y gol de Monzón. Atlético Tucumán se lleva la victoria y mete a Banfield en la zona roja (hasta ese momento, ya que la derrota de Patronato a manos de Newell's nos dio un respito).
El vaso parece derramarse. La gente no se quedó callada y llenó de insultos tanto a la CD como al plantel. Hubo principio de disturbios sobre la calle Peña con cantos en contra de esta dirigencia nefasta. Estamos a la deriva en manos de un grupo de gente que de fútbol sabe muy poco.
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